De apagones y manipulaciones
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La verdadera violencia está íntimamente relacionada en como se escribe la historia, como se presentan las noticias, a través de la manipulacion de los contratos sociales y el control de la información”.
Bryant H McGill. Escritor, conferencista y activista norteamericano.
Una de las razones por las que no he cambiado el único televisor que tenemos en casa, que compramos hace 20 años y que utilizamos solo para ver películas, es porque no quería adquirir otro aparato que no nos fuera a funcionar por lo menos otros 10 años y eran tantas y tan variadas las tecnologías para las pantallas, tan cambiantes las diferencias, beneficios, funciones y ventajas que ni siquiera nos imaginábamos que podían existir, que acabé por decirle a mi señora que nos íbamos a esperar a que se pusieran de acuerdo los fabricantes antes de cambiar el vejestorio que a la fecha nos sigue dando una prestación aceptable en su elemental utilidad.
Un amigo me explicó el asunto de la transición del sistema actual al sistema digital en términos bastante sencillos, me dijo: imagínate que un canal de TV es como una carretera de un solo carril, ahora con la Televisión Digital Terrestre TDT en un canal de transmisión pueden ir hasta 4 canales de programación, con lo cual, la misma banda de 700 Megahertz que se ha concesionado hoy en día podrá cuadruplicar su utilización en otras aplicaciones como celulares e Internet y adicionalmente podrás contar con una mejor definición y calidad de sonido en tu TV.
Si lo que se pretende es “contribuir al desarrollo social, fomentar la igualdad de oportunidades entre la población y propiciar el acceso a la Sociedad de la Información y el Conocimiento” como lo informa la SCT en los objetivos de la transición a la TDT, nos preguntamos porqué el gobierno dedicará $20 ó $30 mil millones de pesos de nuestros impuestos, dependiendo de que periódico leas, para repartir a nombre del presidente Peña Nieto 14 millones de televisiones a mexicanos de escasos recursos inscritos en los programas de Sedesol, aparatos que, de aprobarse en Estados Unidos el nuevo estándar digital avanzado ASCT 3.0, en 2 o 3 años serán obsoletos ya que este nuevo estándar no es compatible con el actual. A este despilfarro populista habrá que adicionar otro aún mayor de $130 mil millones que invertirá para construir la red mayorista, siendo que en Estados Unidos y en la mayoría de los países son directamente los concesionarios quienes hacen estas inversiones.
Es conocido de todos que en los últimos 70 años, fuera de las telesecundarias y video-bachilleratos, el impacto que la televisión ha tenido en la mejora de la educación de los mexicanos ha sido prácticamente nulo, si no es que negativo, los indicadores de educación siguen siendo muy pobres, sumándole a ello que leer no se nos dá a los mexicanos; según la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) 2012 el 40% de la población no ha leído un libro en los últimos 6 meses y un dato más sorprendente aún es que mientras que en el 2006 el 56% de la población contestó que estaba leyendo algún libro, 6 años después este porcentaje había disminuido al 46%.
El tiempo promedio que los mexicanos dedican a ver la televisión en un día es de cuatro horas 45 minutos!, la segunda actividad a la que más tiempo dedican después del trabajo o la escuela.
Lo que hay que cambiar en todo caso no es la tecnología, lo que hay que cambiar con más urgencia que la de regalar televisiones es la funesta programación y los deplorables contenidos que siguen y seguirán siendo los mismos, si bien ahora con mayor definición y calidad de sonido y seguirán dando los mismos resultados. Todo este esfuerzo e inversión no moverá ni una centésima nuestros mediocres indicadores educativos.
Lo que se desprende de todo este circo es la certeza de que la televisión es un pilar fundamental para sostener un sistema que manosea las noticias y ofrece una programación insulsa, un instrumento estratégico para mantener a la sociedad mal informada y embrutecida y que un apagón como este echaría por tierra todo su endeble andamiaje.
A unos cuantos meses de las elecciones un regalo como este representa además la mayor chapuza electorera de todos los tiempos.
Si queremos un México más próspero, educado, parejo y competitivo debemos ir madurando como sociedad y desarrollando un sentido crítico que nos permita poner al desnudo la “democracia perfecta” que nos domina y somete, e impedir que estas cosas sucedan para ir moviendo a México en la dirección contraria a la que lo están haciendo y promoviendo a ciudadanos de más calidad para que ocupen los cargos públicos.